jueves, 10 de julio de 2014



Prólogo

Los aforismos se practican de manera involuntaria por personas que, sin habérselo propuesto, sin siquiera darse cuenta, pronuncian a lo largo de su vida todo tipo de reflexiones que de haberse elaborado como obras literarias podrían haber valido muchos. Por este mismo motivo sucede que hay una cantidad de frases hechas que son aforismos anónimos. ¿Quién habrá sido el primero en decir que al mal tiempo buena cara? Probablemente cualquier vecino que ignoraba lo que estaba aportando. Ha de haber muchas personas que no tienen consciencia de ser espléndidos aforistas. ¿Cuántas obras se habrán perdido porque algunos artistas ignoraban que lo eran? Así, el aforismo, como la poesía misma, tiene un origen eminentemente popular, con buena cantidad de obras maestras de autor desconocido, y tanto las personas más sencillas como los más prestigiosos eruditos pueden enriquecer las arcas de este tesorolMás hojas es mi segunda tanda de aforismos. Quiero anticipar que, así como en Hojas puede advertirse cierta recurrencia sobre Leopardi, en Más hojas ocurre lo mismo con Dostoievski. También deseo comentar con especial interés un detalle de composición. Muchas de estas reflexiones albergan conceptos que ya había dicho o pensado y a los que tuve que volver para elaborarlos deliberadamente en este género; desde el momento en el que decidí hacer un libro de aforismos me di cuenta de que ya tenía unos cuantos hechos, y lo único que faltaba era ponerlos en papel. Me confortaría que estas palabras sirvan para que alguien descubra que también puede ser un aforista descuidado; quizá es lo único que le hace falta para tomar la decisión de escribir un libro que ya tiene escrito sin saberlo.







Verdad es aquello que cualquier imbécil refuta.
Nicolás Gómez Dávila




-251-

Pessoa experimentó la conmoción de no ser nada y albergar todos los sueños del mundo. A mí suele inquietarme un desasosiego todavía peor: no saber nada y vivir inclinado hacia la sabiduría. Atardece y me siento en el banco más triste y apartado de un pueblo que apenas figura en los mapas; solo, pobre, extranjero, fracasado y muy bien dotado para dar grandes consejos a todo el mundo.



-252-

Rubén Darío, hablando de métrica, observa con acierto que “la música es sólo de la idea, muchas veces”. Esta máxima, que funciona en los poemas muchas veces, en los aforismos debería funcionarnos siempre.



-253-

Hay fantasmas que aterrorizan desapareciendo.



-254-

Los autores extraordinarios, cuyas obras logran la mirada más aguda y lúcida de sus épocas, siempre son un tanto ilegibles para sus contemporáneos. Esta gloria póstuma es el precio que pagan muchos grandes hombres que padecen la malicia e incomprensión de los pequeños. Es natural que Dostoievski, preso en Siberia, haya vivido la experiencia de recibir limosna de una humilde campesina; otros, como Poe y Nietzsche, dieron lástima a los transeúntes desmayándose en medio de la calle. Nunca sabremos si ese borracho, o ese mendigo, o aquél compañero medio idiota al que humillamos en la escuela estaba escribiendo el quinto evangelio.



-255-

Oxímoron: bondad egocéntrica, o maldad humilde.



-256-

La luna es una diosa atea.



-257-

Los románticos son los más realistas porque visualizan una realidad más completa: además de la materia, objeto al que se limitan los realistas mediocres, agregan todo el abanico de matices del espíritu, incluyendo un festín de sombras.



-258-

Sobrevivir demanda trabajo y esfuerzo. La pereza es un vicio que puede ser mortal.



-259-

Confunden la libertad del verso libre con la de considerarse poetas sin serlo.



-260-

Durante la década de 1860 Dostoievski, instalado en San Petersburgo, tiene más de cuarenta años y ya ha sufrido mucho: la orfandad, la pobreza, la cárcel, la milicia. En esta nueva etapa, todavía peor que la anterior, acaba de perder a su hermano Miguel y a su primera esposa, María. Se funde la revista que dirige. Pierde en el juego el dinero que le queda. El público olvida su primera novela y recibe la última con recelo. Los intelectuales lo desprecian: los liberales por sus extravagancias conservadoras y los conservadores por su espíritu liberal. Las deudas, interminables, lo persiguen. Dos mujeres lo rechazan como esposo y su amante, Polina Suslova, viaja con otros por Europa. Su salud se deteriora, padece violentos ataques de epilepsia. Stellovsky, editor célebre por su maldad e injusticia, aprovechándose de sus necesidades lo hace firmar un contrato denigrante, cuyas cláusulas incluyen los derechos de la próxima novela, a entregarse en dos meses o, en caso de no acatar el plazo, ceder durante siete años los derechos de todo lo que escriba. La familia Ivanov, compadecida de su infortunio, le propone viajar a Moscú para disponer de una habitación y de un sirviente que lo asista. Luego de unos días el sirviente se presenta ante sus patrones negándose a pasar una noche más cerca de ese hombre; explica que es un loco, un criminal, que planea un asesinato, que da vueltas toda la noche por su habitación hablando en voz alta sobre los detalles del delito. Dostoievski escribe una nueva novela, Crimen y Castigo, Raskólnikov se echa a andar por el mundo.



-261-

El sufrimiento es ciencia primordial de vida. Quien aprende a sufrir está listo para aprenderlo todo.



-262-

De un entendimiento que juzga banderas como trozos de tela también espero que perciba bibliotecas como manojos de papel.



-263-

La verdad, que marcha en dirección contraria a la de la sociedad, se encuentra abajo, muy abajo, y por eso son muy pocos los que van a ella. Los que están abajo no disponen, necesariamente, de ventaja: no están allí por búsqueda sino por fatalidad de modo que, al igual que los de arriba, sólo quieren escalar.



-264-

Preferimos renunciar a la felicidad antes que a las costumbres.



-265-

Jacques Bonnet, recopilando datos sobre grandes bibliotecas y bibliófilos, comenta el destacado caso de Valincour quien, habiendo sufrido la desgracia de perder su tan amada e invalorable biblioteca en un incendio, reacciona con inesperada tranquilidad y una distinguida declaración: “Poco habría aprovechado mis libros, si no supiera perderlos".



-266-

La perfección no habla nuestro idioma.



-267-

Es un gran pecado no desempeñarnos en aquello a lo que estamos llamados a hacer por vocación, circunstancias o talento.


-268-

Malos hay muy pocos, buenos muchos menos, abundan los mediocres.



-269-

Una señora observa disgustada que una familia de mendigos había revuelto sus residuos buscando alimentos. Se queja a viva voz de algunas manchas que dejaron en la acera. Sociedad y suciedad: demasiada gente indignada ante la basura pero imperturbable ante familias condenadas a hurgar en ella.



-270-

Si los muertos lloran han de hacerlo, condolidos, por nosotros.



-271-

Al igual que los científicos, la ciencia tiene dos manos, e intenta arreglar con una lo que destrozó la otra.



-272-

El egoísmo propio es un atributo fundamental para sobrevivir. Nos protege, por ejemplo, del egoísmo ajeno.



-273-

Hubo una época en la que la tan temida carencia se convirtió en una vara mágica de ilimitado poder alquímico que convertía en oro todo lo que tocaba. Comprendí que para poseerla hay un único requisito: perderlo todo.  Una vez que estuvo en mis manos, sucedió que cualquier pedazo de pan se convertía en una cena de reyes. Descubrí, entre las páginas de un diario abandonado, la enciclopedia mejor provista del mundo. Una noche bastó con un cigarrillo para bailar en medio de una fiesta; quien me lo dio me hizo comprender el valor de la fraternidad en su estado más puro. Supe, por primera vez en mi vida, qué se siente ser millonario, cuando encontré una moneda. Me enamoré de un color. Sí, también toqué las estrellas, porque el agua caliente lavó mi cuerpo con un milagroso derroche de gotas. Poca gente pudo disfrutar una siesta recostándose en las nubes, la mayoría confunde ese lecho con el pasto de las plazas. Quedé abrumado ante la vastedad vital de un insecto. Nunca había sido creyente, pero gracias al mar conocí a Dios, a quien hablé como un amigo de la infancia con el que acababa de encontrarme. A mi lado los ricos del mundo no eran más que ignorantes, desgraciados, solitarios, siempre rodeados de posesiones lo mismo que de sombras que nada les dicen, que no los complacen nunca. Ahora, que vuelvo a una mundana estabilidad, no me atrevería a volver a aquel estado de forma voluntaria, porque sólo se accede a él por una concesión de la fatalidad. Tampoco niego todas las desgracias y pesares que hacen falta para empuñar esa vara con la que cualquier luciérnaga del desamparo puede brillar mejor que el sol. Sin embargo, insisto: pocos tuvieron, como yo, el privilegio de apreciar el valor de todas las cosas, y nunca estuve tan bien dotado para poner los pies sobre la tierra.



-274-

La gloria más merecida llega sin que la llamen.



-275-

Cuando alguien dispone, para realizar su obra, de una gran fortuna y de talento, dirá que lo hizo todo con talento.



-276-

Todos oyen la misma música pero ella dice un secreto diferente a cada uno.



-277-

Juan José Saer, de su novela El entenado: “No se sabe nunca cuándo se nace: el parto es una simple convención. Muchos mueren sin haber nacido; otros nacen apenas, otros mal, como abortados. Algunos, por nacimientos sucesivos, van pasando de vida en vida, y si la muerte no viniese a interrumpirlos, serían capaces de agotar el ramillete de mundos posibles a fuerza de nacer una y otra vez, como si poseyesen una reserva inagotable de inocencia y abandono”.



-278-

El egocentrismo histérico de cualquier niño informa muy bien sobre toda nuestra especie.



-279-

Cuando los amigos que traiga la miseria no sean los peores que pueda haber entonces no dudes de que serán los mejores.



-280-

El 23 de abril de 1849 el régimen zarista retiene a Dostoievski con los ojos vendados a la espera de que lo fusilen. ¿El crimen? Haber frecuentado, en calidad de escritor, algunas reuniones del Círculo Petrashevsky,  grupo de ideas liberales cuya mayor audacia había sido el proyecto de una imprenta clandestina.  Dostoievski, con un pie en el patíbulo, recibe la noticia de que le conmutan el castigo por diez años de cárcel en Siberia. Padece el duro cautiverio en el penal de Omsk; es un preso común, convive con los delincuentes de todo el imperio, viste uniforme rayado y gris, rapada la mitad de la cabeza, grilletes en los pies, trabajos forzados en fábricas y minas. ¿Qué consecuencias produce en su espíritu esta convivencia con el profundo pueblo de su patria, con lo más miserable y marginal  de la sociedad? Lejos de convertirse en un revolucionario al estilo de Tolstoi, Turguénev, Bakunin, intelectuales de tertulia o aristócratas que viven de sus rentas, se convierte en un espíritu religioso, profundamente cristiano, convencido de que con principios nihilistas, materialistas, ateos, y sin el horizonte de una divinidad trascendente que sofoque el egocentrismo de la razón, la sociedad se desbarranca hacia la perdición, el crimen, el hundimiento ético. Sabe que la salvación sólo puede venir de una moral religiosa que descansa en el pueblo, ese llano pueblo que tanto conoce, el del hombre que, con su simplicidad, se encuentra más cerca de Cristo y de la tierra, el campesinado que no ha sido corrompido por los nihilistas demonios del intelecto, inspirador de doctrinas de las que podría emerger una revolución que inicie un reinado de maldad. En Demonios, novela donde vuelca su nueva pasión, el rechazo visceral contra la intelectualidad revolucionaria de los nihilistas, deja clara su postura en palabras de Schatov: “Usted es ateo, porque es usted un señorito, el último señorito. Usted ha perdido la noción de la diferencia entre el bien y el mal, porque ha dejado de conocer a su pueblo". Espíritu revolucionario, principios conservadores, Dostoievski se convierte en un Rousseau del zarismo. ¿Qué hubiera pasado, en caso de vivir unas décadas más, con el estado soviético? Lo mismo que el zarismo, el comunismo lo hubiera sepultado en la cárcel, los trabajos forzados, el patíbulo; Dostoievski  habría consumado el destino de auténtico escritor irreverente: ser condenado a muerte por la estrechez de miras de dos regímenes opuestos.



-281-

Los que festejen una muerte siempre tendrán algo en que parecerse al asesino, aunque festejen la muerte del asesino.



-282-

Percepción del tiempo: una lluvia permanente, invisible y silenciosa, que disuelve todo lo que moja.



-283-

Que no te ama tal como eres significa, estrictamente, que no te ama.



-284-

La lucha por una vida más justa y digna proviene de numerosos y diversos frentes de batalla, la mayoría de los cuales son muy modestos e inesperados. Es importante tener  flexibilidad para dar lugar a todo aquello que pueda hacer su aporte a la causa, provenga de donde provenga, y cuidarse mucho de ese contraproducente dogmatismo que es limitarse a la fe en uno sólo de los caminos posibles.



-285-

Van por buen camino los buscadores que hacen de la respiración un arte y una ciencia.



-286-

Una forma de apreciar la buena prosa es leer cartas que se escriben para pedir dinero.



-287-

Gente práctica: considera útil lo que sirve para sobrevivir y desdeña por inútil a lo que da la vida.



-288-

El emperador Juliano, refiriéndose a la máxima cristiana que exhorta a repartir los bienes entre los pobres, observa que de seguirse ese precepto no habría nación, ciudad o cosa alguna que se sostuviera. En esta premisa que doy por cierta se halla la clave del conflicto moral que desgarra a instituciones como la Iglesia Católica: para sostener el mensaje de Cristo la Iglesia necesita sostenerse a sí misma, pero es incapaz de sostenerse a sí misma sin incumplir preceptos cristianos. Esta fatal encrucijada obliga a una inconsecuencia moral que depende menos de la voluntad que de la naturaleza misma de las instituciones; la Iglesia no es más que un claro ejemplo de lo que en realidad afecta a todo tipo de instituciones moralistas tales como las jurídicas, económicas o judiciales, todas ellas igualmente incapaces de tenerse en pie sin cometer las mismas faltas que condenan.



-289-

Todas las ideologías comparten el fallo del factor humano.



-290-

Es inquietante que dos reflexiones antagónicas puedan parecernos igualmente convincentes. Subrayo, en una novela de Maxence Fermine, la siguiente frase: “No existe nada peor que haber sido dichoso una vez en la vida. Después, todo lo demás, aun la cosa más insignificante, se convierte en una gran desdicha”. Y recuerdo, de inmediato, una frase que tenía subrayada en Dostoievski: “¡Dios mío! ¡Todo un momento de felicidad! Sí, ¿no es eso bastante para colmar una vida?”.



-291-

Hoy piensas que ese dolor no podrá curarlo ni siquiera el tiempo pero mañana pensarás que puede.



-292-

El papel de las dictaduras es consumar la dignidad de los opositores que ejecutan.



-293-

Escribimos mil poemas para preparar los andamios de uno solo que valga la pena.



-294-

Los griegos siempre fueron un ejemplo muy didáctico de egocentrismo cultural. Es necesario que un pueblo se vea a sí mismo como el esplendoroso centro de un mundo oscuro para pronunciar el término “bárbaros”, ofensiva onomatopeya que define la inferioridad del extranjero mofándose de su manera de hablar. Dos siglos antes de la era cristiana los chinos se asombraron mucho descubriendo la civilización griega: estaban convencidos de que China era el “Reino central” que lideraba sobre todo lo que había bajo el cielo. Este mismo asombro ante el hallazgo de un extranjero bien dotado podría encontrarse en la mayor parte de los pueblos prominentes de la historia. El cristianismo, que supo imponer una era en la que el sol giraba alrededor de su templo, tuvo que emerger del pueblo judío, que había escrito una historia según la cual los judíos eran los elegidos de Dios. En la historia reciente grandes potencias económicas sustentaron sus agresiones internacionales con criterios de superioridad, dando dimensiones cósmicas a cualquier ofensa contra los exclusivos intereses de sus territorios. ¿Qué abuso del relativismo niega elementos objetivos de la condición humana? Está claro que uno de ellos, sólido y evidente, es el egocentrismo cultural, esta tendencia de los individuos, extendida a los pueblos, que en cuanto creen conseguir alguna forma de distinción dan por hecho que el sol brilla para alumbrar la belleza de sus rostros.



-295-

El universo hace el mismo esfuerzo para demoler imperios que para aplastar insectos.



-296-

No podemos vivir sin algunas máscaras que disfrazan el carácter despiadado de la lucha por la vida.



-297-

Se puede vivir sin amor pero no se puede llamar vida a eso.



-298-

Sospecho que el estado propio de la mente es el enfermo. La sanidad es inconciliable con un defectuoso órgano de consciencia constantemente acribillado por las presiones externas e internas de la compleja existencia humana. Desde un punto de vista psicológico, no hay más que enfermos, al extremo de que la expresión “mente enferma” es una simple redundancia. Algunas personas extraordinarias logran que su mente se sustraiga de su estado natural, el insano, para elevarla a un nivel espiritual al que sólo es posible acceder mediante la intensidad mística y religiosa; purificar la mente de su sustancia enfermiza, someter este líquido empantanado a un hervidero espiritual del que resulta un ascenso al cielo en sonrisas vaporosas. Así, la humanidad queda dividida en dos tipos de personas: los místicos que están locos y los normales que son enfermos.



-299-

Un pensador que vale la pena siempre está dispuesto a tener opiniones que preferiría no tener.



-300-

Fragmentos de una carta que Dostoievski, a los 18 años de edad, envía a su hermano Miguel: “Tengo un proyecto: el de volverme loco; que se enfurezca la gente, que me cure, que trate de devolverme el juicio”. Y más adelante añade: “El hombre es un misterio. Debe ser descubierto y, si uno dedica su vida a buscar la solución de este enigma, no podrá decirse que la ha vivido en vano. Me consagro a esa tarea, porque quiero ser un hombre auténtico”



-301-

La riqueza romántica es un tercer ojo capaz de ver lo que alumbran las velas sopladas por los pobres de espíritu.



-302-

Sabios que necesitan fracasar para que los ruidos del éxito no vulgaricen la sabiduría.



-303-

Muchos ateos que fundamentan su escepticismo mediante argumentos racionales suponen que los creyentes son timados o ingenuos. Por mi parte, dudo mucho de que pueda despacharse la creencia en Dios, asunto capital de la  metafísica, en términos de mera ingenuidad o engaño, pero no tengo ninguna duda de que el creyente en una acertada razón humana, y en particular en la suya propia, tiene bastante poca autoridad para acusar de timado o ingenuo a nadie.



-304-

A mayor discreción mayor resguardo del ridículo.



-305-

Su tristeza es poesía involuntaria.



-306-

El aburrimiento es un signo de pobreza intelectual y espiritual.



-307-

Hay dos tipos de oración: la corriente y la elevada. En la corriente le hablamos a la divinidad manifestando nuestras inquietudes; en la elevada, que los budistas llaman meditación, logramos la disposición de un silencio pleno para que la divinidad nos hable.



-308-

La vejez se consolida cuando el corazón empieza a ser capaz de reflexionar.



-309-

Tributo al genio de Velázquez. No me asombraría si, recorriendo los salones del museo del Prado, pasara caminando, desperezándose, el perro de Las Meninas, se rascara, olfatease los zapatos de un turista, le diera la gana de ponerse a ladrar. Lo mismo podría venir en su busca, un poco enfadado, algún empleado del museo, azuzarlo para que se tienda de nuevo en su sitio, bajo el pie del enano Pertusato, de modo que los visitantes puedan ver el cuadro con todos los detalles. Ramón Gaya, en su Velázquez, Pájaro solitario, afirma que la diferencia entre el niño de Vallecas y nosotros es que aquél, que nos mira más de lo que nosotros lo miramos, siente pena y vergüenza (¿o ironía?) porque se sabe en la verdad, en tanto que nosotros debemos conformarnos nada más que con la realidad: “no se trata de obras de arte superiores, de obras maestras, máximas, cumbres, de un arte convenido, de un juego espiritual convenido, sino de auténticas criaturas vivas, desligadas, emancipadas por completo del arte, del recinto cerrado y riguroso del arte”.



-310-

Que la preocupación por lo que pudiera ser no nos distraiga de lo que está siendo.



-311-

Nos consolamos calificando de “inhumanas” a esas acciones que sólo es capaz de realizar el ser humano.



-312-

Un instrumento peligroso. Carlos Marx, que había sido expulsado de París, de Bruselas, de Colonia, consigue radicarse con su familia en Londres. Un detective al que habían contratado para descubrirlo en actividades revolucionarias lo vigila sin descanso, muy ansioso de enviar informes. Pasa el tiempo y el detective, defraudado, sin nada llamativo que informar, observa todos los días el mismo cuadro: sentado frente a la mesa de una habitación lúgubre, ante una humeante olla y rodeado de niños, un hombre ceñudo no quita los ojos de una suma de papeles. No hay pólvora, ni armas, ni visitas sospechosas, sin embargo, en ese mismo momento, Carlos Marx realiza la actividad más revolucionaria, la más peligrosa, la única con la que partiría en dos el mundo: escribe, escribe, escribe, y va a ponerle de título El capital.



-313-

Un humanista sólo puede ser un político si se trata de sacrificarse.



-314-

En cuestiones de amor siempre puede haber un terror a los fantasmas, un peligro de sufrir las embestidas de algo que ya ha muerto pero cuya presencia inexplicable, atroz para uno, invisible para los demás, nos afecta con más realidad que toda la vida que nos rodea.



-315-

Las reglas estructuran la vida pero le dan sentido las excepciones.



-316-

Tiendo a pensar que “contradicción” no es más que el nombre que damos a lo que no podemos comprender porque excede las limitaciones de nuestro juicio. Ha de haber un punto de vista desde cuya altura sea posible visualizar que no hay desencuentro alguno entre soberbia y humildad, castidad y promiscuidad, valentía y cobardía, soledad y multitud, rebeldía y conservadurismo, pares que, de hecho, suelen ser órganos de un mismo cuerpo que sólo entran en disputa dentro del entendimiento.



-317-

Quienes compartimos este mundo nunca vivimos en el mismo mundo.



-318-

Si los dioses escriben imagino que lo hacen nada más que con los ojos.



-319-

Me fastidian las personas que, entre tantas clases de palabras, utilizan solamente las que hablan sin tocar.



-320-

La inquietud existencial de Dostoievski, siempre convulsionada por la complejidad psicológica y moral de la criatura humana, parte y vuelve de un planteamiento tan profundo como elemental: el alma vive desgarrada por el conflicto de una dualidad, la dramática tensión de albergar, dentro de nuestro corazón, inclinaciones inconciliables. Este núcleo se explicita en la famosa frase de Dimitri Karamazov: “Es el duelo entre Dios y el diablo, y el corazón humano es el campo de batalla”. Un conflicto de tal calibre solo puede resolverlo la divinidad, perfección y pureza que desata todos los nudos superando las contradicciones. Dostoievski expresa una visión atormentada sobre la humanidad en los términos de un espíritu nihilista e inconforme, muy eficaz para entusiasmar a los más furiosos revolucionarios, pero luego busca soluciones por la vía religiosa, sin cuidarse de conceptos que entusiasman a los más ortodoxos conservadores. Tuvo el arrojo de ahogarse en la dualidad sobre la que tanto reflexionaba a fuerza de padecer mejor que nadie sus embestidas. Su maestría le debe mucho a una actitud desprejuiciada ante conceptos sencillos, elementales, sumada a la capacidad de afrontar el conflicto humano con la disposición de tomar, indistintamente, elementos tanto revolucionarios como conservadores, con el resultado de fundirlo todo en una postura singular, honesta, intempestiva, lo suficientemente elevada como para seducir e irritar a todas las tendencias que, mezcladas entre la multitud de su entierro, no sabían si escupir sobre su féretro o rendirse al homenaje.



-321-

Gran parte de los honestos son los que tuvieron la suerte de que otros les hagan el trabajo sucio.



-322-

Hay un argumento a favor de la existencia de las musas que puede darse por bueno en cualquier época. Basta con asistir a cualquier banquete de poetas para retirarse luego con la certeza de que es imposible que esas personas, sin la ayuda de las musas, hayan sido capaces incluso de aprender a comer con cubiertos.



-323-

El único malestar que puede infligirnos la música es una culposa sensación de no merecerla.



-324-

Me cuesta acatar máximas como la de no incurrir en la soberbia para derrotar soberbios; compensa saltarse algunas normas para que ciertos individuos descubran a qué sabe su propio aliento.



-325-

Margarite Yourcenar sobre el pasado: “La vida pasada es una hoja seca, resquebrajada, sin savia ni clorofila, acribillada de agujeros, arañada con desgarraduras, que si ponemos a contraluz ofrece todo lo más la red esquelética de sus delgadas y quebradizas nerviaciones”.



-326-

Las verdades necesitan ser pronunciadas por una sola persona mientras que las idioteces requieren muchedumbres.



-327-

El lenguaje es la ilusión de un mundo asequible.



-328-

Bertolt Brecht, inconforme con la lamentable prepotencia de informar a los escritores sobre qué tienen que escribir para resolver el mundo, también supo conceptualizar una noción muy frecuente que, si se planteara en su justa proporción, podría tener el respeto que merece: alertar a los ciudadanos sobre la importancia de los problemas políticos. Así, asevera despectivamente que “el peor analfabeto es el analfabeto político”, despreciando y calificando de imbéciles a las personas que, con su perniciosa indiferencia ante la política, ignoran que de las decisiones políticas derivan todo tipo de calamidades. Un problema de esta visión es que reduce la política a los vaivenes de la administración estatal, a los partidos que disputan o ejercen el poder y al terreno específico de las ideologías (particularmente la de Bertolt Brecht); sin embargo la política, mejor entendida como la cosa pública, está también en el campesino que cultiva, el maestro que enseña a leer, las señoras que barren las aceras y los bomberos que apagan los incendios, por poner algunos pocos ejemplos. El caso es que este grupo de seres imprescindibles incluye a muchos de los amonestados analfabetos políticos, ciudadanos que no están al tanto de cuestiones en las que se especializan iluminados como Bertolt Brecht. Cierto, la política merece atención porque de ella derivan calamidades, pero hay que precisar que una de esas calamidades son estos sujetos que pregonan una politización enfermiza de la vida, sin mayor resultado que la asfixia ideológica de todo lo que suponen resolver. Y añado que muchas de las personas que Bertolt Brecht considera analfabetos políticos suelen ser las únicas, realmente las únicas que hacen algo para que este mundo siga siendo soportable cada vez que los políticos de vocación acaban otra vez de destruirlo.



-329-

Algunos errores aportan mucho más que los aciertos.



-330-

El llanto de lo que nace impide escuchar el de lo que muere.



-331-

El Corán, escrito en un tiempo y espíritu que no conoce ni precisa relojes, indica la hora en la que debe cesar el ayuno con una elegancia que disculpa toda imprecisión: “cuando ya no es posible distinguir un hilo blanco de otro negro”.



-332-

Conocerse a uno mismo es muy difícil pero todos los demás serán siempre un gran misterio.



-333-

De regreso a mi barrio, luego de conocer a unos ricos, iba pensando: ¡Pobres!



-334-

Propercio, aconsejando a Cintia que no desmerezca, con adornos, sus encantos naturales, escribe sobre las más subyugantes mujeres que “el pudor era para ellas suficiente belleza”.


-335-

Te resulta difícil amar al prójimo sin que sea en desmedro de amarte a ti mismo.



-336-

Pablo d’Ors, escritor y sacerdote español, aporta en su novela sobre la fascinante vida de Charles de Foucauld una observación que merece considerarse: “El pecado de un intelecto que triunfó sobre el sentimiento de fraternidad con el hombre y de veneración a Dios, y que todo lo sacrificó a sus propios reclamos imperiosos. ¡El único pecado que merece la recompensa de una agonía inmortal!”.



-337-

El infierno, entendido de manera literal, sólo podría ser proporcionado para Dios mismo si fuera malvado, pero en ningún caso podría ser justo un castigo eterno para hombres cuya maldad ha sido forzosamente limitada, así sea por su condición de mortales.



-338-

Los hijos, el oficio, el corazón: lo que da la vida es el blanco al que apuntar para quitarla.



-339-

Antes de ayudar a alguien asegúrate de que sepas sonreír.



-340-

Leo en el diario una noticia que me estremece: en la ciudad de San Petersburgo una mujer llamada Tatiana, inválida, se encuentra en la calle y pide limosna. Declara en una entrevista que fue humillada y ofendida toda la vida. La desgraciada, una entre tantas, ha llegado a ser noticia porque se trata de la bisnieta de Dostoievski. Gracias a la indignación de algunas personas recibe la visita del gobernador de San Petersburgo, quien la asiste con una miserable ayuda de cincuenta rubros mensuales, suma equivalente a otra limosna. Recuerdo de inmediato a Nelly, la niña mendiga de Humillados y ofendidos, que con su corta edad había elaborado una filosofía acorde a su vida: no hay vergüenza en pedirle a todos, lo vergonzoso es tener que pedirle a uno.



-341-

La hondura del dolor ahoga las palabras.



-342-

Terrenos envilecidos al extremo de que cualquier comportamiento amable resulta allí ofensivo.



-343-

En tiempos de Sócrates los filósofos no precisaban escribir libros o que tuvieran éxito para que la sociedad considere sus reflexiones; eso explica, en buena medida, que haya habido en esos tiempos un filósofo tan grande como Sócrates.



-344-

La elevación de saber conservar la calma en presencia de histéricos.



-345-

La injusticia social cuenta con el aval de una noción tan común como falaz: la teoría del mérito, esa simpleza de pensar que quienes gozan de una buena posición económica la merecen porque la obtuvieron con el mérito de su trabajo y talento. El problema de esta noción, en apariencia justa -porque de hecho es innegable el mérito que correspondiera a cada caso-, es que se usa para deducir, por contrapartida, el atroz disparate de que quienes no gozan de una situación económica afortunada se debe a que no la merecen por su falta de mérito, de modo que los millones de pobres, la gran mayoría de la población mundial, padecen merecidamente la miseria porque son vagos e incapaces de progreso, en una palabra, inferiores. De la posible verdad de que algunos ricos pudieron enriquecerse por sus virtudes, se extrae la despiadada mentira de que los pobres están empobrecidos por sus defectos. Así, cada uno merece tanto lo que tiene como lo que no, y vivimos en el mejor de los mundos. El fallo de la teoría del mérito es muy sencillo de explicar: es una negación insultantemente ingenua de la injusticia social, y todos sabemos que para desestimar un problema no hay recurso más eficaz que el de negarlo.



-346-

Una literatura que logra convertirse en música es tan virtuosa que para gozarla no precisamos comprender el sentido de sus palabras.



-347-

El tamaño de tu nobleza es el de aquello a lo que renuncias para sostener principios.



-348-

No sólo es cierto que el amor conlleva sacrificios, más aún: son esos sacrificios la prueba misma de que hay amor.



-349-

La verdad no siempre es lo mismo que la vida. Y a veces es más importante la vida.



-350-

El malestar que podría sentir ante los aforismos de un autor como Cioran no parte nunca del pesimismo de su filosofía sino de sus limitaciones; incapaz de tener una mirada amplia sobre la condición humana, selecciona nada más que los aspectos que le sirven para llegar a una conclusión predeterminada: para este autor una lluvia nunca podrá beneficiar las cosechas sino apagar las llamas de la esperanza. ¿Y por qué lo sigo leyendo con deleite y respeto? Porque es un gran escritor cuya obra es eficaz y persuasiva para convencernos de afirmaciones que resultarían claramente falsas o exageradas en una prosa deslucida, y esto es maravilloso. Tomemos, como ejemplo, el siguiente aforismo: “El olor de la criatura nos pone sobre la pista de una divinidad fétida”. Considerándola de manera desapasionada, su escaso sentido es evidente: la defectuosidad de la criatura no compromete la perfección divina; sin embargo, luego de leer la frase sentimos, al menos durante un vertiginoso minuto, que el autor tiene razón, que no hay más verdad que la de su renegado existencialismo. ¿Qué ha pasado?  Que el virtuosismo de su prosa ha logrado capturarnos, envenenarnos, que sin más armas que sus palabras un escritor convirtió el lenguaje en un canto de sirenas;  una capacidad de este tipo redime a cualquiera de su parcialidad, la solidez de su talento literario ya es suficiente verdad y nos parece más verdadera que cualquier cosa que nos diga.



-351-

Seguirá atacándote hasta lograr una forma adecuada de quererte.



-352-

Es inevitable, en los partidos políticos, que sus afiliados procedan con criterios de estrechez ideológica. El problema está en que no proceden así porque sea inevitable sino porque la  cabeza no les da para otra cosa.



-353-

Hay poemas de un solo verso llamados aforismos.



-354-

Imaginé una conciencia después de la muerte como ese alivio optimista que prosigue al vómito.



-355-

El Evangelio de San Mateo cuenta que un rey ordenó asesinar a todos los niños para evitar que crezca uno que pondría en riesgo su reinado. Dudo que en ningún otro texto se haya hablado de la naturaleza del poder estatal con tanta claridad y acierto.


-356-

El precio de las cosas lo conocen muchos pero el valor muy pocos.



-357-

El precio de una cosa puede tasarse según lo que valga aquello a lo que hay que renunciar para obtenerla. No puede amar a su pareja quien pretende seguir gozando los placeres de la soltería, del mismo modo que no puede decir que vive en el campo quien precisa pasar, en la ciudad, cuatro días de la semana. Poseer las cosas sin pagar su precio es tanto el privilegio de los niños como la deshonestidad de los adultos.



-358-

Sujetos que se jactan de renunciar a privilegios que no hubieran obtenido nunca.



-359-

Un requisito básico para validar el título de maestro es que haya sido otorgado por los demás.



-360-

Un rico no podría auxiliar a cada uno de los carenciados que lo rodean sin dejar de ser rico; más allá de su disposición, es inherente a su situación económica un precavido y forzoso distanciamiento de los demás, que se convierten en potenciales ladrones, estafadores, secuestradores y pedigüeños, quedando confundido en esta masa peligrosa cualquiera que no abrigue malas intenciones. Para mantener su condición el rico está obligado a levantar un muro infranqueable contra el prójimo, de modo que gozará de todos los privilegios de su fortuna rodeado de miles de carenciados en situación de emergencia; quiéralo o no, acabará convirtiéndose en un monstruo.



-361-

Me dan asco los limpios que nunca estuvieron sucios.



-362-

Una diferencia entre mirar y ver es que para mirar hace falta tener los ojos abiertos.



-363-

De pronto el camino exige que elijas entre dos opciones: cargar con el cuerpo herido que te detuvo el paso, o cargar contigo mismo sabiendo que has dejado, sin auxilio, a un herido en el camino.



-364-

Para adoptar una ideología puede influir más nuestro carácter que la conformidad con las ideas.



-365-

El deleite de haber leído El maestro de Petersburgo cuyo personaje, el mismo Dostoievski, padece la muerte de su hijastro como si fuera la de su propio y único hijo. Coetzee describe el dolor desgarrado de Dostoievski en términos tan intensos como sencillos: “Su corazón seguirá latiendo largo tiempo. Sin embargo, algo lo ha sacado del tiempo de los hombres. La corriente que lo lleva no deja de fluir, aún sigue su curso, puede que obedezca incluso a una intención determinada, pero esa intención ha dejado de responder a la vida. Esa corriente que lo lleva es agua muerta, es una corriente inerte”.



-366-

El puritanismo es la enfermedad del impuro que no vive según su naturaleza.



-367-

Esa clase de escritores que pueden darse el lujo de que el dolor no sea más que el asunto sobre el que escriben.



-368-

Dialéctica del fondo y de la forma: podemos observar, en sitios y personas con fallos severísimos de fondo, que rige una observancia severísima en las formas.



-369-

Los ángeles existen pero pueden ayudarnos menos de lo que quisieran. Les cuesta mucho contemplarnos sin irritar sus ojos, llamar a nuestra puerta sin llagar sus manos, escuchar lo que decimos sin dañarse el corazón.



-370-

Esos pretendidos librepensadores que incurren en la simpleza de reducir la moral a la conspirativa artimaña con la que una elite de militares y sacerdotes tiranizan a la masa, que viene a ser una inocente víctima de sus infamias. Llama mucho la atención cuando esta gallarda estupidez es propia de personas inteligentes que suponen, pronunciándola, tener a Dios mismo humillado y de rodillas. Es evidente que la moral, además de no reducirse a la versión que imponen de ella los poderes constituidos, es antes que acertada o no, inevitable, al punto que cada vez que alguien la combate lo hace con otra propuesta moralista que corre el riesgo de triunfar y oficializarse; que el moralismo, objetivo o relativo, lo mismo da, excede y preexiste al orden establecido, y que quienes más aportan para construir su estructura y sobre todo sostenerla son los miembros de esa masa a la que subestiman considerándola nada más que su víctima.



-371-

Algunas normas resultan del forzado adiestramiento de un conjunto de excepciones.



-372-

Juan Ramón Jiménez: “Vemos una escultura, leemos una poesía, oímos una canción antigua y nuestro mayor elogio es: Parece de ahora. Pensemos que el elogio mayor que un antiguo resucitado pudiera hacer de lo nuestro sería: Parece de entonces”.



-373-

Te parecen, los proverbios, entre sí contradictorios, pero cada uno por su lado te parece cierto.



-374-

Estilo sencillo no es decir cosas sencillas sino el complejo arte de decir las cosas con sencillez. Sencillo es, por ejemplo, Borges: si no has comprendido el asunto tal como él lo expone, no podrás comprenderlo de ninguna otra manera. Más cuidado todavía en confundir sencillez con estupidez: la literatura de cierto autor tan exitoso no es sencilla sino estúpida.



-375-

Si hay palabras diferentes se debe a algún motivo, no confundamos gente con gentuza.



-376-

Conviene recordar que el cerebro es también un músculo que se atrofia si no lo ejercitamos.



-377-

La primitiva causa del machismo, patrón que parece trascender toda época y cultura, es la traducción de una superioridad masculina de fuerza física, fundamental para sobrevivir en ese reino primitivo, en términos de una superioridad intelectual y moral. La abolición total del machismo depende de que la verdadera superioridad intelectual y moral advierta, sobre sí misma, que no es propia de ningún sexo en particular, pero para esto es necesario superar del todo el reino primitivo y, lamentablemente, existen pocas posibilidades de que eso ocurra.



-378-

La capacidad persuasiva de los panfletos se debe a una grosera simplificación de la realidad.



-379-

Temo menos a la muerte que a lo que mata.



-380-

Desvalidas criaturas; desde que abrimos, por primera vez, los ojos, sin urdir las religiones no pudimos ser capaces de sobrellevar el cielo.



-381-

Espíritus religiosos obsesionados con el escepticismo, viciosos atormentados por problemas morales, sociólogos sumidos en la soledad, vitalistas doctorados en pesimismo, introvertidos exhibiendo a las multitudes los más íntimos vaivenes de sus almas; la obra de muchos escritores se resume en una huida desesperada de sí mismos de tal modo que, si pudieran alcanzarse, dejarían de inmediato de escribir.



-382-

Las personas que más usan la cabeza son las que más tienden a olvidar colgados sus sombreros.



-383-

Dentro de la familia del estereotipo están esas primas metódicas que son las encuestas.



-384-

Afirmación de un zapatero anarquista con quien conversé en un pueblo de Extremadura: “Mientras exista el dinero no habrá gobiernos de izquierda”.



-385-

Considerando la idea de que parte, desde el ego, lo peor y lo mejor del ser humano, tiendo a estar más convencido de lo primero que de lo segundo.



-386-

La revelación es permanente, incesante, nunca deja de hablar, manifestarse, de estar presente. Somos nosotros, siempre tan aturdidos y atareados con los campanarios de la insignificancia, quienes no sabemos percibirla.



-387-

La vida son los errores que cometemos tratando de vivir sin cometerlos.



-388-

Un genocidio no sucede en un momento de mayor maldad sino en un momento en que la maldad, que existe siempre y por lo tanto ahora, encuentra la manera de sistematizarse en un régimen que la ejecuta con todos los recursos del Estado. Cuidémonos de pensar que ciertos fenómenos atroces son parte del pasado: aquello que los ha generado sigue vivo, y lo que no puede ser que pase podría volver a pasar si no trabajamos diariamente para impedirlo.



-389-

Ser poeta y morir de eso.


                       
-390-

Abraham Yarmolinsky, biógrafo de Dostoievski:  “Dostoievski fue el primero en presentar al ser humano no como una criatura bien definida, inteligente y consecuente, sino como un complejo de impulsos irracionales y contradictorios, de veleidades tenebrosas y de oscuros temores y deseos. Si no nos sentimos más asombrados ante sus revelaciones de esas corrientes inconscientes que afectan sutilmente las actitudes y las maneras de portarse de la gente, es porque los novelistas modernos nos suelen conducir tan a menudo a esos pasajes subterráneos que cavara inicialmente Dostoievski”. Deseo afirmar esta observación añadiendo que si Cervantes, con el Quijote, puede ser considerado padre de la novela, se trata de una novela en la que la dualidad todavía no es posible: Don Quijote está loco o cuerdo, pero se trata de una cosa o de la otra. Dostoievski ha dado ciertamente el segundo gran paso trayendo al mundo de la novela personajes capaces de estar locos y cuerdos al mismo tiempo.



-391-

Cabe mencionar, a favor de los discutidores, que hay personas que odian discutir y prefieren golpear o asesinar al adversario.



-392-

El arte por encima de la ciencia: si la grandeza que compuso las mayores obras artísticas se hubiera utilizado en medicina y locomoción, probablemente tendríamos la pastilla de la inmortalidad y volaríamos.



-393-

La riqueza, cuanto más eleva por encima de la tierra, más aleja de la realidad. Es por eso que los ricos, inclinados a sus refinadas formas de artificio, pueden ser buenos o malos, pero siempre son ridículos.



-394-

Convencidos de su seriedad hacen ese horrible ruido para exigir silencio.



-395-

Las personas actúan muy pocas veces en razón de lo que es necesario, eficaz o correcto. Lo común es que actúen en razón de todo tipo de conflictos psicológicos, urgencias e intereses, para no hablar de la inmadurez, la maldad y una desesperante cantidad de vicios y defectos. En manos de estos perturbados están los gobiernos, las fuerzas públicas, la educación, la sanidad, las fábricas, los medios de transporte. Así las personas, así el mundo, y un estado de cosas en el que al menos se pueda evitar el desastre permanente es, nada más que por eso, suficientemente bueno como para estar conforme; pedir más es cosa de ingenuos.



-396-

A los quince años pude volar: me acosté con una desconocida en un mundo carente de responsabilidad.



-397-

Valoro tanto la lectura de cierto autor que lo recomiendo mucho. Alguien me pregunta, dando a entender sus reparos, si estoy de acuerdo con las opiniones de mi admirado artista. No puedo dejar de resaltar la superficialidad de esta clase de preguntas. Es un gran autor, leerlo vale mucho la pena, ¿qué importancia tiene si estoy o no de acuerdo con lo que opina?



-398-

El dinero solventa esas posiciones desde las que uno puede acomodarse para desdeñarlo.



-399-

Los grandes personajes históricos existen en función de un sinnúmero de factores contextuales que poco a poco se disuelven con la corrosión del tiempo, hasta quedar enclavados en una defectuosa memoria colectiva como un simplificado esqueleto, desprovisto ya del cuerpo, la mentalidad y las circunstancias que lo revistieron dando algún sentido a sus acciones; a partir de ese momento empezamos a juzgar la risa de una calavera que nos simpatiza u ofende según los prejuicios e intereses en boga del presente.



-400-

Dostoievski, el pueblo, Diario de un escritor: “Todo el que sea sincero amigo del pueblo, todo aquel que haya sentido palpitar su corazón, comprenderá y disculpará el fango en que ha caído ese pueblo, y sabrá, a pesar de todo, pescar perlas en el cieno”.



-401-

Hay un círculo del infierno para los que tienen razón.



-402-

Entre dos personas que se aman puede interponerse el mundo. El amor, para triunfar, necesita emprender una batalla contra todos los recursos con que el mundo se empecina en malograrlo. Muchas veces, aunque no quiera rendirse, va a caer desfallecido. Y tendrá que andar herido hasta cuando pueda hablarse de triunfos.



-403-

Una típica forma de civilización es la de torturar con instrumentos higiénicos.



-404-

La acción atenta contra la sabiduría cuando, en la urgencia de una circunstancia, nos obliga a tomar partido por uno de dos bandos contrapuestos, de modo que sufrimos la violencia de abandonar la sensatez de ese margen donde éramos capaces, todavía, de visualizar las virtudes y defectos de todas las facciones, reconociendo la parte de razón que pudiera haber en cada una.



-405-

Los orgasmos, contracciones musculares de las que derivan éxtasis celestes, comprueban la interdependencia entre materia y espíritu.



-406-

Una obra de primera línea logra desdibujar los límites entre realidad y ficción para involucrarnos en la escena como uno más de los personajes, mientras que ante una obra mediocre no somos más que espectadores.



-407-

Mucha gente está tan poco habituada a la felicidad que cuando la vislumbra siente el terror y la desconfianza de lo desconocido.



-408-

El éxito persuasivo de una doctrina como la anarquista se debe menos a lo que pueda tener de certero (análisis del carácter opresivo del Estado), que a todo lo que tenga de fantasioso, disparatado e ingenuo (posibilidad de prescindir de un Estado). En otras palabras, el éxito persuasivo del anarquismo, tan favorito de la adolescencia, se debe a que la realidad motiva mucho menos que las fantasías teorizadas de quienes procuran resolverla.



-409-

Tengo insalvables desavenencias con las reflexiones filosóficas en las que prevalece la elucubración del método en desmedro de los fenómenos que consideran. Debido a este motivo hay autores a los que abandono antes de acabar el primer párrafo.



-410-

Quienes nunca se perdieron nunca tuvieron la oportunidad de hallarse.



-411-

La mayoría de los artistas no tolerarían compartir un solo minuto de sus vidas con las personas que ensalzan en sus obras.



-412-

Si el conocimiento del precio de las cosas estuviera tan desarrollado como el deseo de poseerlas, muy poca gente querría ser rica, conquistar bellas parejas, dirigir países, alcanzar el éxito, la fama, la gloria.



-413-

El tiempo es un señor distinguido, el único aristócrata verdadero por su sangre y mérito. Es incapaz de obrar sin una elegancia perfecta. Todo, todo lo limpia con un delicado soplo que hace girar los planetas, pero no su sombrero.



-414-

Lo que más sufrí de aquello que temía ha sido el miedo.



-415-

De tanto que nos afecta no podemos pensar en ello, pero gracias al poema podemos escribirlo.



-416-

Mereces la vileza de la que no te apartas.



-417-

La mejor carta de presentación que alguien puede darme es la de saber pasar solitarias temporadas de silencio.



-418-

El desatino de los que increpan a Dios exigiéndole una explícita presencia, respuestas, que resuelva las tragedias e injusticias del mundo, que enderece todo lo que hemos torcido y repare todo lo que hemos roto. No habría mérito alguno en un mundo resuelto por la gracia divina, sería más injusto todavía por ser absolutamente inmerecido.



-419-

Un dictador tiene mayor responsabilidad, pero su maldad no es mayor que la que pueda tener cada uno de los que torturan bajo su régimen. Sin embargo se comete el error de  considerarlo tan malvado como la suma de todos los que conforman su ejército.



-420-

Dostoievski dramatizó un conflicto moral de primer orden: ¿es posible hacer justicia cometiendo un crimen? Dejar caer el hacha sobre la cabeza de la despreciable usurera, que estanca la riqueza de su cruel negocio mientras tantos otros padecen necesidades, es un asunto que a la vez incluye la pregunta de si es lícito matar a un hombre para salvar a otros. Sobre este complejísimo problema, del que tanto se ha deliberado desde diversos criterios, la conclusión del maestro ruso me sigue pareciendo tan elemental como acertada: no, no es viable prescindir de la moral para resolver conflictos morales.



-421-

Lo que carece de fronteras es la actitud provinciana.



-422-

El placer es dolor apiadándose.



-423-

El sempiterno error de confundir el tamaño de lo que vemos con el de nuestra mirada.



-424-

Leo un poema escrito en China hace más de mil doscientos años. El poeta dice que bebe porque la vida le parece un sueño y que canta como los pájaros hasta perder la sensación de lo que le rodea. Li Po, a mi lado, acaba de pasarme una copa y bebemos juntos, me mareo. La poesía desvanece, con su magia silenciosa, las barreras de más de mil doscientos años y de haberse escrito en otra tierra y otra lengua. 



-425-

Oír al que habla solo ignorando que lo oyen es delito de lesa literatura.



-426-

No preciso más milagro que el de creer en milagros.



-427-

Todo lo que vale la flor del desierto se lo debe al desierto.



-428-

El único oro limpio es el que todavía no encontramos.



-429-

La poesía precede al poeta, a las palabras con las que desfallece por capturarla. Las palabras son, para la poesía, lo mismo que las macetas para las flores. Allí están acomodadas para que podamos tenerlas dentro de casa, y son auténticas, pero el lenguaje las arrancó de una tierra originaria. Hubiéramos podido conmovernos con esa poesía antes de que fuera arrancada de la tierra a dentelladas. Afirmo que nada de lo que pudo decir el romanticismo era una ocurrencia romántica, que hay poetas, de los grandes, que no escriben, que hay poemas sin palabras.



-430-

Construimos un personaje para que desvele nuestra auténtica personalidad.



-431-

Mayor desgracia que el accidente es esa multitud observándolo para entretenerse.



-432-

Cuando te acusen de anormal nunca olvides darles las gracias.



-433-

De toda la plataforma nietzscheana, tan celosa de iluminaciones apocalípticas, rupturas de nueva era y revelaciones revolucionarias, me quedo nada más que con dos certezas tan esenciales que ni siquiera corresponde atribuírselas a Nietzsche: las grandes verdades se encuentran tiradas en medio de la calle y no hay nada más difícil de demostrar que la evidencia.



-434-

Ningún racionalismo puede ayudarte mientras atraviesas un bosque por la noche.



-435-

Se nos ha otorgado vida, la vida, y todavía esperamos más.



-436-

En tanto que la virtud es la más fatigosa e incesante de las batallas, convertirse en un mediocre suele ser un descanso, una forma de hacer las paces con el mundo, de sentirnos al fin cómodos con los demás.



-437-

Algunos ciudadanos de países ricos manifiestan una vergonzosa inquietud moral: toman a mal la poca rectitud o entusiasmo con la que sobrellevan la servidumbre los inmigrantes de países pobres.



-438-

Medir la importancia de algo en función de su tamaño o de lo relevante que sea para nuestra existencia es un típico prejuicio de nuestro defectuoso entendimiento. Nadie debería asombrarse ni en lo más mínimo ante la simple noción de que un microbio puede ser un fenómeno tan grandioso y complejo como un sistema solar.



-439-

Si eres incapaz de ser un viajero en tu propio barrio salir del país no vale la pena.



-440-

La relación entre un autor y su obra es tan compleja que puede suceder, en un caso extraordinario, que la magnitud de una novela acabe superando las expectativas del novelista y exprese mucho más de lo que pretendía, incluso más de lo que sabía o soñaba; hasta es posible que un personaje cobre vida al extremo de echarse a andar por un rumbo que su autor ya no sea capaz de controlar. Dostoievski ha de haber vivido una experiencia de este tipo con Raskólnikov. El protagonista de Crimen y Castigo representa al joven corrompido por un ideario nihilista que, en su afán napoleónico de patear las barreras morales, acaba cometiendo un crimen para convertirse en un gran hombre. El propósito moral de esta novela pretende alertar sobre las consecuencias de la equivocada visión del personaje, ponderar la redención por medio del castigo y claudicar toda soberbia ante una moral cristiana de humildad y arrepentimiento. Sin embargo, pocos lectores pueden ver en estas conclusiones un elemento de peso; desde el principio de la historia, la talla atormentada de Raskólnikov cobra una vida tan fulgurante, sus razones y sentimientos nos resultan de tal solidez, que la vehemencia del pecador se convierte en el verdadero núcleo persuasivo de la obra y, lejos de sentirnos ofuscados por sus acciones, acabamos fascinados con su talante y comprometidos con su radicalidad.  Lo mismo ha de haberle pasado al propio Dostoievski quien, en un diario donde llevaba anotaciones sobre la novela en curso, exclama de pronto sobre su personaje: “¡Al diablo con él! En gran parte, tiene razón”. Nadie puede negar que en ese momento Raskólnikov acaba de pegarle un hachazo a Dostoievski.



-441-

Sólo quienes no tenemos sabemos lo que valen las posesiones de los que tienen.



-442-

Hay situaciones que no comprendemos porque es el único modo de sobrellevarlas.



-443-

Momentos en que para estar cómodos necesitamos caer desde el colchón al suelo.



-444-

El ego en la persona equivale al impulso de volar en la gallina.



-445-

Ryszard Kapuściński, en El imperio, abrazando el viaje con la sabiduría: “Un turcomano que ha vivido tanto como para llevar una barba blanca lo sabe todo. Tiene una cabeza llena de sabiduría y unos ojos que han leído en el libro de la vida. Conoció el sabor de la riqueza cuando le dieron su primer camello. Conoció las miserias de la pobreza cuando se le murió el primer rebaño de ovejas. Ha visto pozos secos, de modo que sabe lo que es la desesperación, y ha visto pozos llenos de agua, de modo que sabe lo que es la alegría. Sabe que el sol da vida, pero sabe también que el sol trae la muerte, cosa de la que no es consciente ningún europeo.  Sabe lo que es la sed y lo que es la saciedad.  Sabe que cuando hace mucho calor, hay que taparse con ropa de abrigo, una pelliza y un gorro de piel de cordero, y no quedarse en carnes, como hacen los blancos. Al contrario del hombre despojado de ropa, el hombre vestido piensa. La persona desnuda puede cometer cualquier locura. Los que crearon grandes obras siempre fueron vestidos. En Sumeria y en Mesopotamia, en Sumarkanda y en Bagdad, a pesar del calor infernal, la gente siempre ha ido vestida. Se crearon allí grandes civilizaciones, desconocidas en Australia o el ecuador africano, donde la gente iba desnuda al sol. Basta leer unos capítulos de la historia del mundo para convencerse de ello.  Puede que este viejo conozca la respuesta a la gran pregunta de Shakespeare”.



-446-

Si no existiera el corazón la vida sería más fácil. Todo sería abominable y no habría ningún problema.



-447-

Todos tuvimos un día en el que hemos dicho “vete día, vete, tú no eres para mí”.



-448-

Es mentira que la verdad triunfa siempre. Es mentira que sus enemigos sean menos poderosos. Tiene mucho poder la debilidad, la ambición, el camino fácil. Tiene mucho poder, un poder biológico, vital, de primer orden, la necesidad de ser felices y la mentira. En la mayor parte de las vidas la verdad no dura más que cinco o diez minutos.



-449-

Mis caídas han servido para que, por socorrerme, te levantes de las tuyas.



-450-

Nuestra pertenencia al reino animal se constata advirtiendo que no vivimos porque la vida tenga sentido sino por el mero hecho de que estamos vivos, de que la vida nos ha sucedido, de que preexiste a nuestras inclinaciones, preferencias, al sentido mismo, si lo hay, que se le haya otorgado, y ya estábamos en la vida antes de que fuéramos capaces de increparla, y ese cause está antes que cualquier filosofía, que cualquier intelectual desasosiego, es una fuerza prominente, más vital que todo lo que podamos pensar sobre la vida. Esto explica el inquietante hecho de que millones de personas sigan adelante, con los medios dispuestos a su alcance, a pesar de un sinfín de desgracias y desdichas, incluso cuando no parece haber nada, salvo esta fuerza vital, que justifique la fatiga de seguir viviendo. La vitalidad, fuerza prendida a la naturaleza, tiene más vigor que la desdicha; la felicidad es lograr una armónica correspondencia entre vitalidad y vida. El suicidio, estadísticamente escaso, mucho más escaso todavía en tanto una decisión lúcida, consciente, es la enfermedad de un animal que ha renunciado a su animalidad, prodigio siniestro de una desconcertante envergadura.



-451-

 De niño saltaba cercos para robar manzanas. Hoy es un intelectual y corrige panfletos sobre hipotéticas rebeliones. Los castigos del opresor no lo hubieran degradado tanto como los años del tiempo. 



-452-

Allí donde  con frecuencia se oye a las personas decir que tuvieron que trabajar mucho para tener lo que tienen, estamos ante un claro indicio de que se trata de un sitio de nivel económico elevado: en los demás lugares a nadie se le ocurre que eso pueda ser una rareza digna de resaltarse.



-453-

El rico ve al pobre como Dios al rico.



-454-

Soy tan inútil que sólo sirvo para ser un líder.



-455-

Odian mucho a los verdugos, ostentan la indignación, alimentan el enojo con una pública  grandilocuencia; disimulan, de ese modo, que podrían dedicarse al mismo oficio si no fueran tan hipócritas, tan cobardes, como para explicitar la bajeza de la que son capaces.



-456-

Contemplando la magnificencia de algunos templos se comprende que la fe hace algo más asombroso que mover montañas: las erige.



-457-

Durante el año más intenso y desgastante de su vida se consagró a la composición de una obra que sería un gran aporte para el mundo pero sobre todo para su propia sociedad. Contribuiría a solidificar las bases de la filosofía, a esclarecer una identidad sobre la cual sería posible avanzar con acciones concretas que modificarían hábitos, leyes, arquitecturas. Inspiraría procesos revolucionarios, abriría el camino de otras tantas obras de variado género, introduciría nuevas palabras al diccionario y hasta podría añadir un color a la bandera. Ha pasado todo el año sin comer ni dormir más de lo necesario para no desfallecer pero la obra está consumada, ya puede volver a la cotidianeidad en donde todos sus vecinos, durante el tiempo que tarde el reconocimiento, tal vez el resto de su vida, lo acusarán de vago, desaliñado, inútil, enfermizo.



-458-

Un fanático es un estúpido que se toma muy en serio su estupidez.



-459-

Las palomas no pisan las cabezas de los próceres porque vuelan, es lo contrario: vuelan porque pisan las cabezas de los próceres.



-460-

El resumen es uno de los subgéneros más solicitados de este género mayor que es la brevedad. Dudo que haya uno de la monumental Crimen y Castigo superior al del poeta Osvaldo Lamborghini: “Un estudiante mata a una usurera para probar que es Napoleón”.



-461-

Los que exageran verdades yerran más que los que mienten.



-462-

Perdí a un amigo, que era de la infancia, desde que se convirtió en un intelectual. Ya no sabe qué es la amistad, ahora reflexiona sobre su concepto, su papel en la sociedad, en la revolución, su carácter relativo, el uso que hacen de ella los Estados  y las religiones, asiste a congresos en donde, debatiendo sobre estos problemas, se enemista con todos los demás. Si hubiera muerto lo habría perdido menos.



-463-

Algunas esculturas nos maravillan porque imitan figuras humanas que cuando las vemos al natural nos parecen triviales.



-464-

Religiosos rogando a Dios que los consuele de sus religiones.



-465-

Adquirir nuevas ideas conlleva adquirir nuevos ojos para ver el nuevo mundo que se desvela.



-466-

Cualquiera que frecuente el mundo de la militancia revolucionaria, la misma que hace flamear banderas justicieras, humanitarias, filantrópicas, debería precaverse de que entre sus filas nunca faltan personas viles y cínicas que, mediante una excesiva y explícita inquietud en cuestiones sociales y políticas, encubren una enorme carencia de nobleza en la pequeña comarca de sus vidas. Se trata de gente incapaz de ejercer la virtud con sus más próximos allegados y que al mismo tiempo vive estallando de indignación ante las injusticias de la sociedad. La ira que manifiestan sentir ante la defectuosidad del mundo les condimenta una personalidad defectuosa. Siempre encuentran formas de justificar su natural tendencia discordante y agresiva con los panfletos de una necesidad social de agresión y discordia. Cuando estalla una revolución son los que se entusiasman con la labor de destruir las estructuras anteriores, disparar en los fusilamientos, gozarse del sufrimiento de los vencidos, y el peor entre los peores ambicionará el primer puesto del nuevo régimen, complacido de justificar y potenciar su egocentrismo en los términos del ideal libertario; estará tan bien dotado para el cargo que lo más probable es que lo obtenga. Este es uno de los motivos por los cuales suele fracasar el nuevo orden de una revolución, que en el peor de los casos instaura, con principios nuevos, regímenes iguales o peores que los derrocados.



-467-

Los que están situados en la mediocridad, incapaces de contemplarla, son los que menos la padecen.



-468-

Abrazos, reconocimientos, palabras fundamentales, proyectos, perdones: las despedidas siempre generan disposición para efectuar, cuando ya es muy tarde, todo lo que necesitábamos durante las permanencias.



-469-

Las sociedades son incapaces de asumir esa realidad injusta, despiadada e indecente que constituye la estructura sobre la que están parados sus tan altivos y educados miembros. Para encubrir el crimen siguen cometiendo el crimen, infinitas veces.



-470-

Diálogo entre un niño y una bruja a la que descubre haciendo el bien:
-¿Por qué haces eso? ¿Es que hay brujas buenas?
-Sí, hay brujas buenas.
-¿Y por qué conocemos nada más que a las malas?
-Porque lo que nos interesa a las buenas es hacer el bien, no que nos conozcan.
-¡Se lo contaré a todos!
-No podrás -responde la bruja mientras le acaricia la cabeza-. Tres segundos después de que te toque vas a pestañear, y cuando abras los ojos ya no podrás verme ni recordarme. Te haré el bien de impedirte obrar mal.
-¿Por qué? -grita el niño disgustado, pero luego pestañea.



-471-

La belleza femenina enloqueció tanto a los hombres que, asustados, desesperados, cobardes, acudieron al machismo para hacerles frente, fracasando.



-472-

Así como la ceguera agudiza el oído, toda carencia fomenta aptitudes que de otro modo nunca hubiéramos ejercido o siquiera descubierto. Algunos accidentes, penurias y desgracias pueden significar la salvación, única oportunidad de saber quiénes somos para consumar nuestro destino.



-473-

Más aprovecha el sabio una pregunta necia que el necio una respuesta sabia.



-474-

Es evidente que debemos aceptar, con naturalidad, que el prójimo tenga ideas diferentes a las nuestras, que observe los fenómenos con otros criterios y que, las más de las veces, verá blanco lo que vemos negro. Es evidente, y sin embargo…



-475-

Memorable ejemplo del arte de expresar mucho con pocas palabras es la siguiente definición, análisis y conclusión de Pascal: “El cristianismo es extraño: ordena al hombre que reconozca que es vil y hasta abominable y le ordena que quiera parecerse a Dios. Sin un tal contrapeso, esta elevación le convertiría en horriblemente vano, o aquel rebajamiento lo haría horriblemente abyecto”.



-476-

Conviene aprender a vivir con problemas antes que exasperarnos por resolverlos; puede que con este método se resuelvan.



-477-

Una persona sufre una agresión que la deja agonizando en medio de la calle. El moribundo grita, pero parece que nadie oye; los transeúntes pasan por su lado pero parece que no lo ven, alguno tropieza con su cabeza y sigue andando. De un modo más complejo, esta escena inadmisible sucede todos los días, con millones de personas que la sufren y otras que la aceptan con naturalidad; uno mismo, irritado con la idea, ha pasado muchas veces por delante del desgraciado, siempre sufriendo en medio de la sociedad ante la vista de todos.



-478-

Paso por ese sitio y me asombra que siga estando el mismo hombre, como si yo no fuera también el mismo que sigue pasando por ahí.



-479-

No hay que confundir los problemas, que por definición podrían resolverse, con las tragedias; de ese modo evitaremos añadirle al dolor la desesperación de pensar qué hacer en situaciones en las que ya no hay nada que pueda hacerse.



-480-

Los personajes de la literatura maldita no se destacan tanto por su maldad como por la actitud de declararla abiertamente al público; su afrenta se basa en cierto género de sinceridad, una resistencia a la hipocresía que, contradictoriamente, los hace menos malos que todos los que, cometiendo las mismas faltas, las encubren por conveniencia o cobardía. Escandalizan menos por la maldad que por la franqueza con la que la reconocen en sus corazones, de modo que muchos de los ofendidos lo están porque se explicitan las vilezas en las que ellos mismos incurren. Muchas veces la maldad de los malditos se reduce a decir una verdad molesta, idéntico motivo por el que escandalizan los héroes del bien. Buen ejemplo de todo esto es el antihéroe que retrata Dostoievski en las Memorias del subsuelo: “La gente se deleita con sus defectos, y yo más que nadie”.



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Nacer, como el príncipe, con una ya consumada celebridad o, como el mendigo, con una ya condenada penuria; cargar con ellas sin merecerlas dedicándose a ser lo que demandan los demás; compartir un lazo, como este, tan profundo, pero vivir divididos por la severidad de tantos muros y, la mayor desgracia, tener que ser enemigos cuando se tendrían que abrazar.



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Más que un arte, la política es artesanía o artificio de lo posible, y es esto mismo lo que comprueba su mediocridad.



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Las finezas de una cultura depurada no las elaboraron esos aristócratas que se dedican a presumir de ellas poseyéndolas. Ellos han llegado luego, cuando gracias a millones de hombres simples, deslucidos, la gran obra se encontrada totalmente consumada, totalmente corrompida.



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No me asombraría que hasta las flores se secasen a causa de una rutina.



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Henry James y Aspern. ¿Es lícito robarle, a la viuda del gran poeta, unas cartas íntimas de su célebre esposo, para enriquecer el patrimonio cultural de la humanidad? Será un tanto ambiguo acatar, por parte de los que digan que sí, razones morales, y también hay algo para los que respondan que no. Desdibujará el conflicto el devenir de los acontecimientos, que acabará imponiéndose con la realidad de sus hechos, de los cuales ignoramos si responden a moral alguna o a una irremediable fuerza bruta que avasalla nuestras reflexiones.



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Los occidentales tienen percepciones románticas de los orientales. La gente de ciudad, de la del campo. Los ricos de los pobres. Los modernos de los antiguos, los libres de los esclavos, los de un oficio de los del otro, y viceversa para todo. Sólo los verdaderos románticos tienen una percepción romántica de sí mismos además de sobre el prójimo.



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Siempre pude entenderme bastante bien con los obreros, así sea por inevitables lazos de clase o familiares, pero me repugnan esos intelectuales que se atribuyen la representación del proletariado.



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Tienes un jardín para que un jardín te tenga.



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La complejidad de la vida es tan vasta y endiablada que, a la hora de afrontarla, cualquier sabiduría nos brinda un servicio muy modesto. Las reflexiones han de ser forzosamente generales, válidas en un sentido amplio, pero insuficientes para indicarnos algo sobre cada situación particular, que en definitiva son las únicas que cuentan. ¿Para qué sirve la experiencia, la instrucción, el buen consejo? En el mejor de los casos encienden una vela, pero el sitio por donde vamos es demasiado oscuro, y con fuertes vientos.



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Hay situaciones y espacios en los que ejercer la inteligencia es muy poco inteligente.



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La sabiduría budista ayuda a distinguir la felicidad de la excitación. La excitación es el artificio de encubrir la insatisfacción mediante el efecto temporario de un narcótico; se obtiene placer mientras dura, pero cuando cesa regresamos a la realidad convertidos en personas peores: la herida sigue allí y se ha infectado por descuido. La verdadera felicidad nunca encubre una realidad malsana sino que la sustituye convirtiéndose en la realidad misma.



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Dice Kafka que hay un punto a partir del cual ya no es posible volver atrás, y que es preciso alcanzar ese punto. Nunca deja de maravillarme que Kafka, el maestro del paso imposible, del sempiterno laberinto, haya escrito uno de mis aforismos preferidos para dar aliento, con esperanza, para avanzar.



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Los niños son encantadores cuando se nota que todavía no desarrollaron el ego.



-494-

Las doctrinas importantes siempre demandan una obra que está muy por encima de las posibilidades humanas; son, como las religiosas, insondables misterios o, como las políticas, horizontes inalcanzables. Estamos hechos de tal manera que sin la divinidad de los abismos jamás nos dispondríamos a cavar nuestros pequeños pozos.



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Califico una obra de formidable, con derecho a convertirse en clásica, cuando resulta igualmente satisfactoria tanto para el erudito como para el más sencillo y humilde de sus receptores. Libros como el Quijote, pinturas de Rembrandt, esculturas como el David, melodías de Bach o monumentos como el Taj Mahal; cualquiera de estas maravillas tienen la infrecuente virtud de funcionar plenamente en todos los niveles de recepción, proporcionando una vivencia intensa y acabada a cualquiera que tenga la buena experiencia de abordarla. Podría decirse de otro modo: una creación artística es magnánima cuando logra ponerse codo a codo con la naturaleza, al punto que un grupo de contempladores, jóvenes, ancianos, ignorantes y eruditos,  se unifica parándose ante ella lo mismo que ante un océano o un crepúsculo.



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La personalidad con la que un rico amasa su fortuna es la misma que le impide disfrutarla.



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Si retornásemos victoriosos de una guerra contra los relojes recuperaríamos el tiempo.



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Un lejano parentesco entrelaza multitudes y desiertos. Escapando de la arena, del silencio, construimos un fortín de rascacielos. Pasa tiempo. Ahora huimos del asfalto, del ruidoso descontento, hacia el más lejano médano. ¿Iniciamos la partida o se trata de un regreso? No sabemos. Hay dos modos de estar solos, entre todos o con nadie, multitudes o desiertos. La fatiga de una marcha entre ambas soledades que va y viene, que va y viene, sin aliento.



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La juventud otorga fuerza para tensar el arco. La puntería se desarrolla con los años, mientras nos vamos debilitando.



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Dostoievski, siendo ya un escritor célebre y maduro, responde a una revista sobre el hecho que más ha influido en su desarrollo espiritual. Lejos de lo que podía esperarse, su respuesta poco tiene que ver con escenarios marginales, espíritus atormentados, los tortuosos laberintos por donde giran los enloquecidos o alguna funesta tarde de su vida. Evoca, en cambio, una noche de enero en la que se detiene a la orilla del Neva para contemplar el ocaso. Tanto el río como la neblinosa ciudad parecen un sueño; en ese momento comprende lo misteriosa y fantástica que es la realidad del mundo, y que su destino es el de un escritor.









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